Facturación electrónica llegó para quedarse y ha sido clave en la renovación tecnológica de las empresas.

 

Uno de los aspectos más importantes en la gestión de cualquier negocio, sea grande o pequeño, privado o del Estado, es la facturación. Durante la pandemia hemos visto cómo muchos de los procesos que antes hacíamos de manera manual o presencial, han migrado hacia lo digital, y la emisión y envío de facturas es uno de estos.

La consolidación del comercio electrónico durante el 2020 en Colombia permitió que las empresas incursionaran de manera acelerada en la transformación digital, y con ello, la adopción de la factura electrónica. Si bien esta nueva modalidad de facturación es una obligación desde 2019, no fue hasta este año que se terminó de convertir en una realidad y, durante la contingencia, se ha vuelto además de obligatoria, indispensable.

La nueva normalidad ha cambiado las dinámicas sociales, pero vale pena aclarar que ésta no se basa únicamente en implementar protocolos de bioseguridad para mantenerse seguro, también es un cambio en la cultura empresarial que permanecerá aun después de superada la pandemia.